El arma – o la política
Prudencia está ocupada trabajando en su pequeño terreno, sembrando semillas para la próxima cosecha, cuando su tranquilidad se ve interrumpida por dos extraños. Al acercarse, Prudencia nota que uno de ellos lleva un arma. Extraño: Buenos días. Mi nombre es Justina, y este es Pedro. Hemos venido para pedir tu ayuda. Prudencia: Ya veo, ¿y cómo puedo ayudarles? Justina: Pedro necesita comida, y me han dicho que tienes un excedente. Estoy aquí para preguntar si podrías compartir algo de tu comida con él. Prudencia: Ya veo... ¿Y si me niego? Justina: Bueno, en ese caso, tendré que usar la fuerza; no es justo que tú tengas un excedente y esta persona muera de hambre. Prudencia: ¿Y es justo que uses la fuerza? ¿Qué tal si pedís ayuda sin armas ni intimidación? En esta situación ordinaria, podríamos simpatizar con Prudencia. Justina afirma actuar moralmente, pero está dispuesta a matar o herir a Prudencia si no colabora. Sin embargo, imaginemos que Justina lleva una ropa especial y una placa, ...